sábado, 7 de agosto de 2010

Quisiera...

Lamer tu cuello, bajar por tu brazo y darles besos hasta la base superior de tu mano,
con toda delicadeza, y besar en el centro de ella, como un caballero a su dama.
Abrazarla, sentir su piel, que se pegoteen los cuerpos, que sus ojos crucen miradas y nuestras narices sientan el olor q emana nuestros cuerpos.
Que tu boca brinde saliva y nuestras lenguas se encuentren en un abrazo y un baño
de aguas termales. Aguas tan calientes como venida del fondo de la tierra, bajar cuan escalador por las montañas de tus pechos y hacer cima allí.
Que al situarse este humilde servidor en la punta de tan bello paraíso, ruede cuan bola y se desplace hasta tu barriga llana, pero furtiva y encuentre en ella el manantial que da vida y
lo rodee, lo abrase con sus manos, lo recubra con sus brazos y haga de este cuerpo fuente de todo amor y sabiduría.
Que haga parada en tus piernas, las contemple, las ame y suba lentamente hasta tu pecho.
Llegado el momento, se detendrá cansado de ver un espectáculo infinito a descansar eternamente como un niño en su cuna.

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